Los rostros detrás de la obra: Verónica en DCFP

Todos los martes y jueves, al amanecer en Durham, una voluntaria llamada Verónica llega a la Despensa Comunitaria de Alimentos de Durham (DCFP), un lugar donde voluntarios como ella crean un cálido refugio para nuestros vecinos necesitados en tiempos difíciles. Mientras las familias completan el proceso para recibir asistencia, nuestros voluntarios se aseguran de que reciban asistencia de manera eficiente de principio a fin.
Después de que la Coordinadora de Voluntarios, Heather Wendeln, saluda a nuestros vecinos, estos se dirigen a la sala de admisión, donde podrían tener la oportunidad de hablar con la trabajadora Verónica. Ella realiza entrevistas de admisión en el DCFP dos días a la semana, además de ser voluntaria en la despensa de alimentos de Catholic Charities en Raleigh, Catholic Parish Outreach Food Pantry (CPO). Verónica habla con los clientes, determina sus necesidades y registra su información en la base de datos de Catholic Charities. Verónica trasciende la monotonía con su amabilidad y empatía innatas, haciendo que los clientes se sientan bienvenidos. Este temperamento es esencial, ya que le permite ganarse la confianza de nuestros clientes en cada turno y hacer que se sientan valorados.
Las contribuciones de Verónica encarnan el valor de Caridades Católicas de "brindar ayuda y generar esperanza". A través de su trabajo voluntario, Verónica no solo mantiene las distribuciones que alimentan a entre 350 y 400 familias semanalmente, sino que también infunde alegría y solidaridad entre todas las personas con las que se relaciona. Incluso en sus turnos de trabajo, encuentra tiempo para orientar y capacitar a los nuevos voluntarios, asegurándose de que cada proceso de admisión se desarrolle sin contratiempos.
Además, Verónica defiende a la población hispana, a menudo marginada, a la que servimos en la despensa. Para muchos clientes, especialmente para aquellos que suelen sentirse marginados por las barreras del idioma, su fluidez en inglés y español resulta transformadora y reconfortante. Ya sea aprendiendo sobre las restricciones dietéticas de un cliente para asesorar mejor a los voluntarios que empacan los alimentos en la trastienda, guiando a alguien hacia recursos financieros y de inmigración, o simplemente ofreciendo una sonrisa reconfortante en un idioma familiar, sus esfuerzos garantizan que cada persona se sienta escuchada, comprendida y valorada. Su impacto también se siente en su dedicación a la despensa, donde todos los voluntarios y el personal saben que pueden contar con ella cada semana.
Wendeln comentó sobre Verónica: «Está aquí todas las semanas y hace un trabajo extraordinario. Su dedicación y compromiso hacen que nunca tenga que preocuparme por falta de voluntarios para la admisión».
La historia de Verónica es más que un simple relato de voluntariado; es una narrativa de esperanza, compasión y el poder transformador del compromiso de una persona para mejorar la vida de los demás. Su trabajo no solo apoya las necesidades inmediatas de la comunidad, sino que también forja y fortalece vínculos, recordándonos a todos que cada acto de bondad tiene el poder de cambiar vidas.
¡Gracias, Verónica, por tu inquebrantable dedicación y el impacto que generas en nuestra comunidad!