Un nuevo comienzo: Caridades Católicas bendice el hogar de una familia afectada por el huracán Florence
El martes 13 de mayo de 2025, un tramo de Lebanon Church Road en Clarendon, Carolina del Norte, se llenó de emoción cuando el personal de Caridades Católicas de la Diócesis de Raleigh, voluntarios y miembros de la comunidad se reunieron para celebrar el tan esperado regreso a casa de la familia Ward. Tras años de dificultades causadas por el huracán Florence, la nueva casa de la familia fue bendecida formalmente en una emotiva ceremonia llena de oraciones, lágrimas y alegría.
Jennifer y Koty Ward, junto con sus dos hijos, estuvieron desplazados durante años después de que el huracán de 2018 dañara gravemente su hogar. Tras el huracán, la familia se vio obligada a vivir en condiciones inseguras y plagadas de moho, lidiando no solo con inestabilidad física sino también con incertidumbre emocional. Todo cambió en septiembre de 2024, cuando Caridades Católicas se comprometió a reconstruir su hogar y devolverles la esperanza.
Al reflexionar sobre su experiencia, Jennifer compartió que Caridades Católicas había "hecho realidad un sueño" y añadió: "Esta es una prueba de que Dios abrirá un camino. Si es su plan, lo hará".
El proyecto fue el resultado de un esfuerzo colectivo que reunió a voluntarios y colaboradores de todo el país. Durante los últimos ocho meses, decenas de voluntarios se pusieron manos a la obra, colocando cimientos, levantando paredes, instalando revestimientos y pintando molduras. Grupos como Mennonite Disaster Relief, AmeriCorps NCCC, un equipo metodista de Hickory, Carolina del Norte, que trabajó bajo la nieve, y estudiantes de la Escuela Técnica del Condado de Dauphin en Pensilvania contribuyeron con su tiempo, energía y artesanía para hacer realidad la casa.
Al comenzar la bendición, el personal de Caridades Católicas, los voluntarios y los vecinos se reunieron en el jardín delantero. Brian King, gerente de construcción, y Vickie Sasser, especialista en desastres, dieron la bienvenida al grupo. El reverendo G. Fernando Meléndez, párroco de la Iglesia Católica del Sagrado Corazón en Whiteville, dirigió la bendición de la casa, que incluyó un momento en el porche para el grupo, con una lectura a cargo de Daniel Altenau, director de Servicios para Desastres. El padre Meléndez recorrió la casa, bendiciendo cada habitación. La ceremonia concluyó con Jim Brewer, especialista en reparaciones de viviendas, quien entregó las llaves a la familia y un breve agradecimiento de Koty a todos los presentes.
“Contamos con voluntarios de todo el país que nos dedican de tres a cinco días de trabajo”, dijo Vickie Sasser. “Incluso hicimos que las paredes de esta nueva casa se levantaran bajo la nieve y estamos agradecidos con todos los equipos que lo hicieron posible”.
Brian King reflexionó sobre el profundo impacto del proyecto. "Estoy muy emocionado hoy. Esto le cambió la vida a la familia, especialmente a los niños", dijo. "Ver esas expresiones faciales cuando entraron a la casa fue muy, muy conmovedor. Para eso trabajamos, es el mayor pago que podemos recibir".
La casa de los Ward ahora está llena de luz, risas y posibilidades. Los niños exploraron con entusiasmo sus nuevas habitaciones, que el personal de Caridades Católicas había acondicionado especialmente para reflejar sus intereses individuales. La habitación de Bella tenía decoraciones con estampados de vaca y obras de arte con temática animal, mientras que la de Aiden tenía una temática de béisbol.
La ceremonia de bendición no solo celebró la resiliencia de la familia Ward, sino que también sirvió como testimonio de la misión más amplia de Caridades Católicas: brindar ayuda y generar esperanza. La agencia ha participado activamente en las labores de recuperación a largo plazo en el este de Carolina del Norte tras múltiples tormentas importantes, ofreciendo ayuda en caso de desastre, gestión de casos y servicios de reparación de viviendas a familias como los Ward.
Al concluir el evento, se intercambiaron abrazos y sinceros agradecimientos. Para la familia Ward, esto fue más que una bendición para el hogar. Fue un nuevo comienzo.